martes, 17 de marzo de 2009

NUNCA JAMÁS.-


Miré tus ojos con claridad,
algo distinto en ellos podía notar.
Esa noche en verdad me querías,
esa noche no era solo tu amiga.
Tus besos cálidos también me hicieron desear.
Pero no podía caer,
alguien a quien amaba primero te había de reclamar.
No podía echar todo a perder, además,
mejor es que por siempre perdure la amistad.
Tomé tu cara en señal de que pararas,
te encontré serio, con fuego en la mirada.
Todo era tan difícil, pero iba a ganar.
El amor no me encontraría,
no debía hacerlo nunca jamás.

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