Nadie entendió lo que fue para mí perderlo. No más piropos, no más tardes a escondidas, no más besos ni caricias.
Esta vez no fui yo la que se deshizo de él, fue él que me dejó sola. Ahora es mi capricho, mi deshonra.
Pero no está y a decir verdad no sé si es mejor encontrarlo que perderlo. A veces lo quiero, otras que no esté es mi consuelo.
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