miércoles, 22 de abril de 2009


¿Qué es eso que no te deja dormir?
¿Qué es eso a lo que otorgas la razón de tu existir?
Te concentás y algo perfecto lográs ver.
Mirás mejor, atroces obstáculos hay miles.
Tu corazón empieza a palpitar.
Tus ojos, tus labios desean ver más.
Tu cuerpo y tu cabeza se sienten inseguras,
¿serán suficiente para tanta hermosura?
Quedan dos opciones: arriesgarse o echarse para atrás,

pero por más que pienses el miedo no para de hacerte dudar.
Menos mal que yo ya elejí.
Muchas veces gané y otras perdí.
Sufrí y lloré,
reí y me alegré.
Por suerte ya estoy aquí,
en tus brazos feliz.

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