Le aconsejaba a ella buscándole una solución a mi problema. Intentaba hacerla sentir mejor, como si yo hubiese obtenido algo positivo de mis actos, sin advertirle que esa era una batalla propensa a perder.
Nadie merecía sus lágrimas, escepto aquel qeu nunca la hiciera llorar. ¿Y yo? No importaba, si sufría era porque estaba destinado.
Nadie merecía sus lágrimas, escepto aquel qeu nunca la hiciera llorar. ¿Y yo? No importaba, si sufría era porque estaba destinado.
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