sábado, 20 de diciembre de 2008

Te veo y me hago pedazos. No me quedan mas que simples agresiones para esconder mi inmensa ira.
No te culpo, yo y solo yo soy la culpable. No eramos nada, nunca fuimos nada. "Nunca te tuve y nunca te perdí", era todo así.
Fui estúpida al enredarme tanto. Entre tantas caricias y ternura me perdí como en el más grande de los laberintos, donde el malvado monstruo, la soledad, me capturó.

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