Vago en busca de tu amor por las frias calles del olvido. Busco tus caricias, tus besos, tu voz, todo aquellos que me haga recordarte y sentirme un poco mas viva. Pero no, no lo encuentro.
Me estaciono frente a una vidriera que, en ese momento, para mi era solo un espejo. Veo mi reflejo, lloro. Lloro con locura, con pasion. Con el desgarro de la pasion que sentiamos aquellos dias, donde las calles no eran frias ni oscuras, donde la vida me sobraba, donde la vidriera no daba mi sola y demacrada imagen, donde no lloraba, donde tu eras mi compañero y nunca me abandonarias.