jueves, 25 de septiembre de 2008

Una rosa yace en el suelo como recuerdo de tu partida. Una promesa rota, un amor inexistente, un sueño desvanecido. Todo eso ronda por mi ser.
Una rosa, llena de espinas que en mi vientre se depositan. Profundas y dolorosas son las heridas, las que dejaste al partir.

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