domingo, 31 de agosto de 2008


Queridisima Julieta:

Heme aquí sentado, bajo este deslumbrante claro de luna, acariciado por la húmeda y fresca grama, acogido por la sombra nocturna de este ancestral ciprés, escribiéndote sobre este indigno trozo de papel, mis sentimientos hacia ti, mi amor.

Oh mi hermosa Julieta, ¿cómo explicarte que haré lo que sea para derrocar las tempestades que anhelen invadirte? No daré lugar a nadie que tenga como fin borrar tu sonrisa, desvanecer tu mirada, quitar esa dulzura de tu rostro divino mi Julieta.

¡Mi mundo eres tú amor mío! Si tu llegaras a morir, sabes muy bien que vengaría tu muerte amada mía. Si fuere un bárbaro que cele tu belleza, con mis mismísimas manos lo destruiría. Si fuere una enfermedad mortal enviada por los más codiciosos dioses, la enfrentaría con el pecho desnudo y moriría batallándola. Si fuere un accidente plantado por el arrogante futuro, provocaría mi muerte dándole contra al maldito destino. Y créeme Julieta, que en el otro mundo te encontraría.

Pero con sólo decirte te amo, te estoy diciendo mis más profundos secretos del alma, Julieta. Te hago entrega a mi tiempo para que juegues con cada momento, mis más desgraciadas penas para que con un simple beso las hagas a un lado, mis muy hastiadas soledades para que las calles con una reconfortante caricia, mi capacidad de sentir y morir por ello, todo eso y mucho más, oh mi amada Julieta, te lo entrego, con un te amo.Y finalmente, te escribo sin ningún otro fin, que para dar mi amor por escrito, un contrato con el futuro, que mi amor por ti será eterno.

Tu amado.



Camo.

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